emily era una chica muy hermosa en un país de cuento de
hadas.
vivía junto a sus 2 hermanas y 1 hermano en una casa
campestre a las afueras de la capital, mantenía conversaciones con espíritus
y animales por igual, amaba visitar la naturaleza y a veces visitaba el pozo que existía junto a
un arroyuelo por la salida sur de su pueblo a cerca a su hogar.
Pero la verdad ella tenía un temor en su interior que se
acrecentaba cada día, por su conexión con lo
paranormal y la naturaleza y ella prefería perderse en alguna
sombra o dormir hasta tarde en su pequeña casa campestre, junto a su padre y
sus hermanos.
tenia el miedo de ser señalada por los demás, que
todos supieran su secreto y no solo no la dejaran en paz, sino que la tiltearan
de bruja, hechicera o le hicieran algún daño a su familia, a
veces no podía con el remordimiento por el amor con su familia. Su madre había
muerto hace 7 años cuando ella apenas tenía 8 años y gracias a eso su padre se
tuvo que hacer cargo de su familia, trabajaba en una mina
que quedaba a las afueras de la ciudad junto con su hijo, bien
entrado el amanecer y volver bien entrada la noche.
Nuestra protagonista, Emily, era la menor
de todos, tenía ya 15 años y amaba su soledad en aquella casa distante, y
aunque estudiaba en un colegio no muy lejano de su casa no tenía muchos amigos, a diferencia de sus 2 hermanas, una era la más popular y plástica y
la otra era la más atlética. Emily prefería leer sobre ocultismo
escondida en algún rincón del bosque que pasársela en sus entrenamientos de voleibol
como Penélope o en el centro comercial como rose.
Ella tiene un gran sueño, el cual es vivir en los libros
que tanto ama leer, sagas de magia y vampiros, cuentos del futuro y libros
ocultistas. Pero la verdad mucho la limitaba a vivir en la fantasía y aunque
ella vivía en un país de cuentos de hadas, la magia se había marchitado hace
mucho tiempo.
Emily solo podía contar con sus amigos, los animales y aquellos
espíritus con los que hablaba muy entrada la noche o el amanecer, los cuales le
advertían de cambios en su vida a través de sus sueños y ecos de palabras que
se escondían en las brisas de media noche o en imágenes que se reflejaban en
aquel estanque cerca a su hogar o las gotas de roció.
Todo era paz y tranquilidad en su vida habitual, y aunque su
relación con su familia nunca fue la mejor, ella, aunque separada de ellos, los
quería a la distancia.
Un día cerca a su hogar pudo observar que sus vecinos
extrañamente habían llegado a su casa y empezaban a hacer ruidos, de temor
mezclados con asombro e incredulidad, lo cual alarmaba mucho a cualquiera que
pasara por allí en ese entonces, e inquieto a Emily, la verdad su padre, que se
llamaba George y su hermano Louis no habían llegado aún a casa y sus hermanas
estaban en partes de sus vidas en las cuales permanecían más afuera o en el
centro que en su propia casa, por lo tanto Emily aunque tuvo miedo de dejar su
hogar fue a ver que sucedía. La verdad su espíritu de aventura la inquietaba
cada día más y solo lograba impulsarla hacia un mundo que solo leía en libros y
en los cuales no sabía casi nada.
Allí a través de la ventana pudo observar cómo sus vecinos
estaban postrados en una cama gritando de dolor por algo que se suponía más
como una posesión demoniaca que por algo más, y aunque había una dama frente a
ellos vestida de negro, no podía distinguir el porte ni el semblante de ese ser
que estaba frente a aquella pareja que se retorcía como gusanos en tela
empapada en sudor. Todo esto no asusto en demasía a Emily, la asombro pero la
verdad ella había leído cosas peores en sus libros de ocultismos y la verdad no
había sangre, era extraño, y aun así continuo observando.
A continuación la anfitriona saco una daga curva de su
vestido recitando conjuros en alguna lengua muerta descrita por los antiguos
demonólogos como herbricida y de la cual nunca se había escuchado mucho de ella
por los oídos de cualquier mortal, empuño el arma y tomando aquel mango de
dicha daga dio un corte limpio en los vientres de aquellas personas de los
cuales salieron dos seres de naturaleza extraña, pequeños pero que se
asemejaban a seres humanos convencionales, y los cuales no daban indicio de un
embarazo anterior y parecían bebes a simple visto, pero se diferenciaban en una
sola cosa, en plena luz de habitación amortiguada por velas…no tenían sombra.
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