domingo, 9 de agosto de 2020

emily anderson 4

 4 capitulo


Ella abrió los ojos y salió corriendo del baño, asustada y queriendo meterse en las cobijas lo más rápido que podía, pero en el trayecto a su habitación se chocó con rose que estaba inmersa en su celular escribiéndole a sus amigas sobre el nuevo chico Antón que había entrado al equipo de futbol de la escuela. Todo esto hizo que rose soltara su teléfono y enfadada le gritara a Emily que se fuera, que tenía suerte que su teléfono no se rompiera y que la odiaba por haberse chocado con ella.

Aun así, Emily no le presto mucha importancia, estaba tan alterada por su encuentro en el baño que sentía que le afectaban los sentidos, se sentía desorientada y confusa, como en un tipo de choque de calor que produce mezclar lo frio con lo caliente y solo se dirigió a su habitación a reflexionar sobre lo que había pasado. La verdad no comprendía porque le empezaban a suceder tantas cosas en este momento de su vida, se sentía tan extraña por todo lo que había pasado en estos días

-recapitulemos Emily- se dijo bajo las cobijas con su linterna iluminando el pequeño espacio que se había hecho ella misma

-los gemelos de al lado, la iglesia, el viento, el espejo… ¿en que se relacionan? No comprendo- susurraba poco a poco

-pues si de algo estoy segura es que todo comenzó con el encuentro en la casa de al lado de ese ritual blasfemo- seguía intentándose convencer mientras sentía que dos brazos la tomaban de los hombros como intentándola atraparla.

-aquí estas pequeña- le dijo Louis mientras la empujaba a un lado de la cama como derribándola

-ah eres tú Louis me habías asustado, ¿ya iras a dormir? ¿No es algo temprano todavía?, pensaba que tu y mi padre verían esa película de la criatura del pantano y tendría mas tiempo para leer mis libros- mintió Emily a lo cual solo le interesaba reflexionar mas para saber que paso seguir en estos días

-si claro, solo vine a ver como seguías, pensé que estarías temblando por el pequeño incidente del agua helada de hace un rato, jejeje- se rio entre dientes Louis

- ¿porque lo dices? ¿Tu tuviste algo que ver? - respondió Emily sospechosamente intrigada

- ¿ehhh? No claro que no, ¿quién sería capaz de bajar al calefactor y apagarlo unos breves segundos? ¿quién sería tan desalmado? Jejeje- se reía Louis entre dientes

-oye, eso no es gracioso- por un momento pensé que… nada olvídalo- dijo Emily con un tono algo distraída

-Bueno Emily, tal vez de este modo tengas baños mas cortos, debemos cuidar el agua ya que no solo es por los recibos del servicio público, sino por el medio ambiente- comento Louis con un tono inteligente

-cállate! A ti solo te gusta hacerme bromas- lo dijo Emily mientras le daba a su hermano un golpe en el brazo

-un día de estas me las pagaras todas, créeme, Louis, sino te quisiera tanto te haría alguna broma pesada- comentaba esto Emily mientras un sentimiento de sueño la empezó a invadir poco a poco

-uaaaah- soltó un bostezo Emily

-bueno mi pequeña Emily, te dejare dormir iré a ver la peli con papá y volveré, dulces sueños- se despidió Louis de Emily mientras salía de la habitación

La verdad es que Emily ni cuenta se dio cuenta de que su hermano se había marchado, a lo cual se quedo dormida de un momento a otro, tan rápido que ni la puerta se había cerrado cuando ya estaba inmóvil en su cama

De un momento a otro Emily se encontró en un tipo de bosque, lleno de niebla, una niebla inquietante que mezclaba colores oscuros como el negro y el azul, tal como si la luz de la luna y la oscuridad de la noche se mezclara con aquella niebla tan espesa como polvo pero que dejaba respirar poco a poco

Un viento helado paso junto a Emily y de un momento a otro ella se vio frente a un tronco con un libro abierto sobre él, se acercó poco a poco y vio como diagonal a ella en ambos sentidos se encontraban dos chicos, que no reconocía a simple vista, cada uno de ellos con una sonrisa, pero con un objeto en su mano.

Uno de ellos tenia una daga con filo curvo y la otra tenía una pluma encendida que brillaba como quemándose poco a poco, pero sin llegar a consumirse.

- ¿quiénes son ustedes? -Pregunto Emily

-somos, fuimos y seremos parte de tu vida Emily- replicaron mientras se fueron alejando poco a poco y en direcciones contrarias

- ¿a dónde van? ¡Oigan! ¡Vuelvan! - gritaba Emily mientras pensaba a quien seguir

A lo cual se volteo a buscar una salida de ese extraño lugar y se vio en frente de un espejo que no reflejaba nada, oscuro como el silencio y mas que un espejo parecía una puerta a la nada.

-Que extraño, ¿Quién habrá puesto esto aquí? - decía mientras intentaba apoyarse en aquel espejo, sin lograr entrar por él, ni saber porque no se miraba allí, solo tocando su superficie helada, tan helado como un cristal de hielo, pero tan inquietante como aquella pluma.

De un momento a otro pudo observar que alguien se acercaba poco a poco, miro a su alrededor y todo había desaparecido, no quedaba ni la niebla, ni el tronco ni nada más. Solo ella con aquel espejo frente a ella.

Intento gritar, pero no tenía aire, intento golpear el cristal, pero no producía sonido, se sentía atrapada dentro de algo mas pequeño que una habitación, se sintió…dentro del espejo.



domingo, 19 de julio de 2020

PUM!!!


Ciudad en penumbra

Era una ciudad gris
Con cielo de media noche frio y consternado.
Entre calles de penumbra y parques decadentes
Vive un chico solitario convertido en una vil sombra

Dulces noches apaciguadas
Por el dulce coro de un relog palpitante
Tan tierna, insomne y desolada
Con turbios trazos de un sin fín de memorias

Aquellas calles silenciadas por el viento
Solo el sonido del aire meceando las ramas
En un invierno en aquella ciudad helada
Alumbrada en el cruel matiz de una luna danzante

Aquel frio empapa sus mejillas
Al mismo tiempo que ecos de personas del pasado le atormentan
Pasa por calles, los mismos lugares que recuerda
Mientras luces diáfanas brillan a lo lejos

Aveces observa la foto en su mente
Guardada en algún lugar de un cuarto lejano
En otro tiempo solo la admiraba
Ahora solo se había convertido en un mal recuerdo

Aquel pasado que no deja dormir
Sus pensamientos lo aprisionan
No tiene conciencia, no tiene descanso
Solo desea dar un paso en aquella fría avenida

En un pueblo lleno de gente
Desalmada capital decadente
Ni un alma se asoma a aquella penumbra
Al ver a un chico convertido en una vil sombra

Risas apaciguadas por llanto
Dolores convertidos solo en tristezas
No es necesario una simple palabra
Ya que aquellos sollozos yacen adentro

Dulces campanadas de relojes antiguos
Olores nauseabundos de basura insolente
Calles brumosas sin nada sin calma
Edificios oscuros atrapados en el espejo

El chico sonríe y junto a sus ojos, una lagrima
Algo que no se siente, que no se espera
Y de lo cual aun fluye, como al estar roto por dentro
Solo dando lugar a fugaces delirios sonrientes

No una, ni otra, sino muchas despedidas
Agujas clavadas en aquel corazón
Agrietado por el tiempo, roto sin remedio
Ya no se es el mismo, solo es un remiendo.

Los momentos llegan cargados de encuentros
Tantas personas amadas en aquellos lechos
Y nadie vuelve, es un cruel espejismo,
Sentimientos destrozados y nunca se es el mismo.

Persona herida, hermoso chico lastimado
Con 21 años y un peso tan enorme encima
Empaña un arma, acaba el sufrimiento
Y dile adios a tantos recuerdos…

Pum!!!





domingo, 7 de junio de 2020

emily anderson 3


3 capitulo

Las cosas continuaron igual que siempre aquella tarde de domingo, el mismo sermón del espíritu, los mismos cantos dominicales, y la misma agua estancada en la pila a la entrada del ministerio. Nadie se percato de nada desigual o extraordinario ocurrido recientemente, ni del clima frio que no era habitual en verano, todo parecía seguir un hilo de normalidad habitual que no destacaba en lo más mínimo, los caminos seguían igual, las piedras no se habían movido de su lugar.
Mientras solo la brisa distinguía de las demás personas. el viento que llamaba a Emily con su misma voz que ella escuchaba a diario. Solo que esta vez no le decían lo mismo de siempre, le advertían de un peligro andante que Emily no distinguió entre la multitud.
-cam-bi-os se aproximan Emily; se apro-xi-ma… prepárate…prepárate… - le decían con susurros que una persona confundiría con un simple silbido.
La verdad Emily solo se sentía pensativa en aquellos momentos, dentro de si pensaba que había sido su imaginación, aunque ella siempre lo hacía, no podía imaginar que la brisa le hablara, que los animales interactuaran como diciéndole algo. Ya que eso no era normal en los chicos de su edad. La verdad ella siempre se había sentido solitaria en su vida y para nada normal. Aunque le gustaba la oscuridad y sus libros de historia obscura. Solo se sentía como otra chica habitual en su edad, que se siente atraída hacia lo desconocido, lo que la llamaba desde la sombra y lo inhabitual.
El camino a casa siguió su Cruce, su padre y hermanos cada uno a su habitación, pequeñas gotas de lluvia se empezaban a derramar por aquel cielo oscurecido por la noche. Emily solo se sentaba en su habitación y por la ventana alcanzaba a observar la casa de sus vecinos, aquel día no los había visto en la congregación y solo veía la oscuridad en aquella casa.
-como si hubieran salido y no vuelto- se decía Emily
-seguramente fueron de visita donde un amigo- dijo su hermano Louis interrumpiendo la meditación de Emily
-y si les paso algo- comentaba algo asustada Emily
- porque te preocupas? Seguro vuelven pronto, creo haberlos visto esta mañana- seguía diciendo Louis no dándole mucha importancia al tema y volviendo a dormir en su lado del camarote observando las estrellas que estaban colocadas en las tablas del lado de Emily.
-es que creo haber visto algo, Louis, algo extraño ayer- decía Emily con una voz que le temblaba
- seguro fue tu imaginación, no le des tanta rienda suelta, mejor levántate, creo haber escuchado a papá llamarnos a cenar…vamos pequeña loquita no quiero que se enfríen mis huevos- decía Louis mientras saltaba del camarote y se ponía en pie
Emily no dijo nada solo se levantó y pensó todo el camino a la mesa, no le gustaba que le dijeran loca, aunque fuera por su familia. Pero lo perdono. No le gustaba guardar rencor a su familia, aunque a veces la sacaran de quicio y se fue directamente a la mesa. La noche estuvo fría y aunque el chocolate la calentó un poco se dio cuenta que este tenía un exceso de canela, que, aunque no le daba mal sabor, se lo cambiaba, le daba un olor hostigante y por algún motivo le molestaba la nariz, no sabía si era por el chocolate o la rinitis, pero si sabía que le disgustaba.
aquella noche después de ver una película llamada el monstruo del lago, Emily prefirió despedirse de su familia y decir que sentía frio que se iba a dormir, así que antes de hacerlo fue a la ducha y prefirió darse un baño con agua caliente, pero la verdad cuando apenas se había empezado a duchar sintió como un viento helado se colaba por la rendija de la ventana, y de un momento a otro pummm, la ducha cambio de agua caliente a agua fría. Todo esto hizo que Emily lanzara un grito
-ahhhhhh- grito Emily. A lo cual cerro con rapidez la llave del agua.
-Todo está bien hija- pregunto su padre desde la estancia
-si papá todo está bien…solo fallo la ducha y salió agua fría- respondió Emily
-a veces pasa hija- procura darle un golpecito y ya verás como todo se soluciona- terminaba de decir George sin preocupación en su voz.
La verdad Emily prefirió no seguir con su baño, se puso la toalla y camino hacia el espejo, dispuesta a cepillar sus dientes y mientras lo hacía cantaba una canción en su cabeza, la canción que había escuchado esa mañana antes de salir con familia. La verdad no sabía dónde la había escuchado antes ni de donde provenía, pero le gusto su melodía, era tranquilizadora y suave, como un jazz mezclado con blues, pero sin tonos tristes. Después se miró en el espejo empañado por el vapor y observo una sombra detrás de ella que la dejo pasmada, lo suficiente como para hacerle caer el cepillo de su boca y no decir nada por unos segundos que le parecieron horas. Después cuando pudo recobrar dominio de si, miro atrás y no pudo ver nada, volteo de nuevo al espejo y pudo ver que en las marcas del vapor empañando el espejo se alcanzaban a ver unas letras que decían…Emily.




domingo, 31 de mayo de 2020

emily anderson 2

2 capitulo


Después de ver aquella visión por la ventana, Emily se quedó sin palabras, corrió a casa, no pudo observar más, solo contemplaba estupefacta mientras corría la imagen de la casa vecina, y a la cual a la luz de la luna que se asomaba por entre las nubes se sentía lúgubre y desolada, como si no exigiera más que tinieblas en aquella dirección, corrió y se cubrió con  las sabanas de su cama en su camarote, el que compartía con su hermano Louis. No podía olvidar aquella sensación que recorrió su cuerpo al ver aquella escena descrita como paranormal, rodeando el cuerpo de sus vecinos con velas blancas, pero con seres extraídos de otro plano. La verdad la inquietaba, pero se sentía sola en aquella casa, sentía un hilo de hielo cerrar su boca y sus oídos solo podían oír silencio absoluto, descrito como ensordecedor para un alma atormentada, se acercó a sus pensamientos y leyó sus hechizos de protección largo rato en aquella noche, hasta caer dormida en medio de latín y español convencional con palabras como dominus y líbranos.
A la mañana siguiente despertó como cualquier día normal, no recordaba muy bien su día anterior y aunque saludo a su hermano durante el desayuno matinal no podía pensar en nada, su mente estaba en blanco, tal vez pensaba que había tenido un sueño extraño la noche anterior y saludo a su padre, mientras freía un par de huevos y cortaba el pan para unos sandwiches.
-buenos días, querida Emilia, que tal tu sueño?- comento George
-bien papa, gracias por preguntar y tú?- respondio emily
- pues la verdad ayer llegamos tu hermano y yo algo tarde y cuando abrimos la puerta te encontramos dormida, al igual que tus hermanas, ¿paso algo mientras estábamos ausentes?
-no todo está bien papá, solo que me canse de tanto estudiar y me dormí, oye y Penélope y rose?
-Todavía en su cuarto, no han querido bajar a desayunar. cuando me decida a ir por ellas, querrán haberse puestos traje de baño antes de dormir, ya que es la única forma de despertar bien a alguien, con agua helada.
Lo decía dando carcajadas mientras calentaba el chocolate para Emily.
Después de un momento bajaron las hermanas, todo se veía habituado a un domingo normal, en aquella casa con la misma familia de siempre, la ducha y el almuerzo y la ida a la iglesia de culto convencional en la tarde, y aunque era verano parecía un día más de otoño con hojas grises y naranjas cayendo de algún árbol y un viento helado que pasaba por la ciudad.
-qué raro que se adelantara otoño este año- dijo Louis
-normalmente el planeta da tantas vueltas que se adelantan las estaciones, ya verás que solo es lluvia, apúrate, no quiero llegar tarde de nuevo- replico George
Después de bajar del auto y correr por unos escalones hasta una iglesia de culto ministerial, Emily tropezó en el último peldaño de aquella escalera.
-Otra vez besando el suelo? ¿No te cansas de no tener los pies en la tierra, pero si los labios? Que hermana tengo -replico Penélope
-la verdad creo que le quiere dar besos al suelo porque es el único beso de amor verdadero que dará en su vida, quiero decir con alguien que no la abandone joajana- rechisto rose
La verdad ellas no eran malas hermanas, solo a veces eran crueles y les gustaba bromear y aunque Emily no dijo nada, se sintió algo mal por lo cruel que fueron.
-es que los únicos que alcanzaran las nubes y volaran como palomas serán los elegidos por el santo espíritu, el santo espíritu lo observa todo- reponía el pastor Evans en su culto dominical.
-y los alabados serán los que prometieron la vida eterna- replicaba la comunidad
-la familia Anderson…otra vez tarde, les parece un buen ejemplo para sus hijos? ¿Verdad George? Nuestra sesión ya empezó hace 10 minutos, la próxima vez no podrán entrar o cantar nuestros gozos, por lo pronto siéntense y escuchen- decía el pastor Evans desde el altar donde se encontraba.
-y es que el único que tiene poder para juzgar sus decadencias es el santo espíritu, el todo lo oye, todo lo siente, todo lo evoca y pobres de ustedes si se equivocan en sus actos porque el que calla a los ojos del espíritu, pierde su vida…su alma- decía el pastor mientras señalaba a Emily como ultima asistente.




viernes, 29 de mayo de 2020

emily anderson

1 capitulo


emily era una chica muy hermosa en un país de cuento de hadas.
vivía junto a sus 2 hermanas y 1 hermano en una casa campestre a las afueras de la capital,  mantenía conversaciones con espíritus y animales por igual, amaba visitar la naturaleza y a veces visitaba el pozo que existía junto a un arroyuelo por la salida sur de su pueblo a cerca a su hogar.
Pero la verdad ella tenía un temor en su interior que se acrecentaba cada día, por su conexión con lo paranormal y la naturaleza y ella prefería perderse en alguna sombra o dormir hasta tarde en su pequeña casa campestre, junto a su padre y sus hermanos.
tenia el miedo de ser señalada por los demás, que todos supieran su secreto y no solo no la dejaran en paz, sino que la tiltearan de bruja, hechicera o le hicieran algún daño a su familia, a veces no podía con el remordimiento por el amor con su familia. Su madre había muerto hace 7 años cuando ella apenas tenía 8 años y gracias a eso su padre se tuvo que hacer cargo de su familia, trabajaba en una mina que quedaba a las afueras de la ciudad junto con su hijo, bien entrado el amanecer y volver bien entrada la noche.
Nuestra protagonista, Emily, era la menor de todos, tenía ya 15 años y amaba su soledad en aquella casa distante, y aunque estudiaba en un colegio no muy lejano de su casa no tenía muchos amigos, a diferencia de sus 2 hermanas, una era la más popular y plástica y la otra era la más atlética. Emily prefería leer sobre ocultismo escondida en algún rincón del bosque que pasársela en sus entrenamientos de voleibol como Penélope o en el centro comercial como rose.
Ella tiene un gran sueño, el cual es vivir en los libros que tanto ama leer, sagas de magia y vampiros, cuentos del futuro y libros ocultistas. Pero la verdad mucho la limitaba a vivir en la fantasía y aunque ella vivía en un país de cuentos de hadas, la magia se había marchitado hace mucho tiempo. 
Emily solo podía contar con sus amigos, los animales y aquellos espíritus con los que hablaba muy entrada la noche o el amanecer, los cuales le advertían de cambios en su vida a través de sus sueños y ecos de palabras que se escondían en las brisas de media noche o en imágenes que se reflejaban en aquel estanque cerca a su hogar o las gotas de roció.
Todo era paz y tranquilidad en su vida habitual, y aunque su relación con su familia nunca fue la mejor, ella, aunque separada de ellos, los quería a la distancia.
Un día cerca a su hogar pudo observar que sus vecinos extrañamente habían llegado a su casa y empezaban a hacer ruidos, de temor mezclados con asombro e incredulidad, lo cual alarmaba mucho a cualquiera que pasara por allí en ese entonces, e inquieto a Emily, la verdad su padre, que se llamaba George y su hermano Louis no habían llegado aún a casa y sus hermanas estaban en partes de sus vidas en las cuales permanecían más afuera o en el centro que en su propia casa, por lo tanto Emily aunque tuvo miedo de dejar su hogar fue a ver que sucedía. La verdad su espíritu de aventura la inquietaba cada día más y solo lograba impulsarla hacia un mundo que solo leía en libros y en los cuales no sabía casi nada.
Allí a través de la ventana pudo observar cómo sus vecinos estaban postrados en una cama gritando de dolor por algo que se suponía más como una posesión demoniaca que por algo más, y aunque había una dama frente a ellos vestida de negro, no podía distinguir el porte ni el semblante de ese ser que estaba frente a aquella pareja que se retorcía como gusanos en tela empapada en sudor. Todo esto no asusto en demasía a Emily, la asombro pero la verdad ella había leído cosas peores en sus libros de ocultismos y la verdad no había sangre, era extraño, y aun así continuo observando.

A continuación la anfitriona saco una daga curva de su vestido recitando conjuros en alguna lengua muerta descrita por los antiguos demonólogos como herbricida y de la cual nunca se había escuchado mucho de ella por los oídos de cualquier mortal, empuño el arma y tomando aquel mango de dicha daga dio un corte limpio en los vientres de aquellas personas de los cuales salieron dos seres de naturaleza extraña, pequeños pero que se asemejaban a seres humanos convencionales, y los cuales no daban indicio de un embarazo anterior y parecían bebes a simple visto, pero se diferenciaban en una sola cosa, en plena luz de habitación amortiguada por velas…no tenían sombra.





lunes, 20 de abril de 2020

recuerdos recovecos



Memorias de agosto



Quédate junto a mi pecho
Mientras los recuerdos se esfuman
Entre las rendijas de la puerta
Y el marco de la ventana

Como en aquel pasado agosto
Cuando me amabas en secreto
Y corríamos por el jardín
Como buenos locos enamorados

A veces se cuelan aquellos besos
Y caen algunas lagrimas
Otras veces solo sonrisas
Que asoman aquella melancolía

Amo ver tus ojos color café
Junto con tu pelo deshilachado
Dulce imagen desenfocada
Por el tiempo y botellas de licor

Si tan solo fuese más simple
Y las cigarras no hubieran terminado su canción
Si tan solo el amor que se esconde en tus mejillas
Fuera suficiente para vivir una ilusión

Extraño tu nombre en mi pensamiento
Luces de guitarra y un beso acá
Ver tu sonrisa en aquel recuerdo
Y desear ver tus ojos una vez mas

Pero todo camino termina en un fin
Y el riachuelo se estanca en alguna hondonada
Miradas marchitas en la carretera
Y un frio dolor en aquel corazón gélido

Quiéreme en mi habitación una última tarde
Quiero hacerte mío una última vez
Bajo la luz de la lampara constante y helada
En pos de los besos que nunca debieron existir

Pero solo vives en aquel jardín de la memoria
Solo, al igual que un eco mas
Mientras tanto en aluviones distantes
Una lluvia acaecida truena un verso mas

Llámame por mi nombre sin perderte de aquí
En algún rincón más allá de mis recuerdos
Abrazos marchitos caricias sin razón
Besos sofocados y aquella fría desilusión.




gotas de melancolía