domingo, 26 de agosto de 2018

Dos familias

La verdadera libertad

Había una vez hace ya mucho tiempo en un pueblo muy pequeño y rudimentario una familia de ricos, los cuales eran muy estirados y tenían como empleados a una familia de pobres (si inclusive a los niños, tenían mucho dinero y en la época se permitía emplear menores) que se sometían a sus órdenes y caprichos, los cuales los volvían muy infelices.


Así fue pasando el tiempo y un día mientras ellos lavaban la ropa, los otros secaban, otros planchaban y los demás doblaban, pasaron por allí los niños adinerados, jugando, molestando y lanzando bolas de lodo, lo cual ya imaginaran dejo la canasta de la ropa limpia con dicha ropa más sucia que como estaba al principio y por si fuera poco los niños solo se reían y les ordenaban volverla a limpiar, así que la familia tuvo que volver a limpiar y no quejarse por ese “error” que habían hecho.


Aquella familia pobre sabía que la situación cada día empeoraba más, el trato de sus jefes y que solo ganaran para la comida, ya que les proporcionaban alojamiento, los dejaba con pocas opciones para elegir que poder hacer ante todo aquello, ya que por tantos años de trabajo les daba pena renunciar y poder salir de aquella casa y tener felicidad.


Otro día, en aquella casa, se perdió un reloj muy valioso, y la familia rica al estar muy enojados por su perdida culparon a la pobre familia, argumentando que para salir de su pobreza se lo habían llevado sin decir nada, así que los echaron. Ellos al principio no sabían que hacer, hasta que decidieron ponerse a trabajar, los niños empezaron a estudiar y los padres consiguieron un buen empleo en una de aquellas fabricas particulares de la ciudad, haciendo almohadas, camas y colchones y ganando un sueldo bueno que los ayudara a salir de aquella pobreza que no los dejaba avanzar.


Al poco tiempo la familia rica encontró el reloj en el ático de aquella casa, sorprendidos y algo culpables de haber tratado a la otra familia, decidieron ir a buscarlos e intentar enmendar las cosas.


Cuando los encontraron dieron sus bien merecidas disculpas y la otra familia las acepto gustosas, aun así, dijeron que no volverían a esa casa y la razón no era ningún rencor, sino que habían descubierto que con esfuerzo y dedicación podían ser cada día mejor y salir adelante como familia.


Así tras el pasar del tiempo la familia pobre se convirtió en una familia feliz, ya la pobreza los dejo de aquejar, pudieron conseguir casa propia y aun así se hicieron amigos de la familia rica, pudieron vivir en paz y fueron felices por un largo tiempo…hasta ahora.

FIN



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