domingo, 20 de noviembre de 2016

un viejo y su soledad

La soledad del abuelo


Estaba sumergido aquel octogenario en una soledad quieta y muy lenta, que le hacía pensar en sus recuerdos y en aquel pasado lejano que tocaba todos los días con su memoria y no lo dejaba volver a lo reciente; en aquella casa vivían solo los momentos del pasado, sus hijos lo habían abandonado y su esposa había muerto hace algunos años, no había espacio para el presente ni el futuro, todo era un vaivén de visiones ya pasadas que el polvo no se atrevía a tocar, por miedo a dejar pasar el tiempo en aquel hogar, vacío de vida y olvidado por los años.
Un día en aquel vecindario, llegaron unos nuevos vecinos, una pareja y dos críos, los cuales eran muy felices, aunque ya no vivieran en su antigua casa, pero seguían juntos, como familia, eso era lo importante.
Después de un tiempo los chiquillos, quisieron ir a conocer el nuevo vecindario y conocieron a muchos vecinos, una abuelita amante de los hámster que hacía unos pasteles deliciosos con uno que otro ingrediente los cuales nunca mencionaba; una casa que compartían dos amigos, los cuales se querían mucho, tal vez demasiado, incluso para dormir juntos en la misma habitación; y un viejito algo raro, que no salía de su casa y aun así mantenía un lindo jardín en el cual ni las rosas se marchitaban o dormían en invierno.
Después de pasar por la casa de la abuela y comer unos pastelitos, pasaron a visitar la casa compartida, en la cual se divirtieron mucho jugando scrabble con sus anfitriones, a continuación, se fueron a la casa del abuelo, apenas se asomaron, tocaron a la puerta, nadie quiso abrir, tocaron más veces, y por fin se dieron cuenta que había un timbre, tocaron al timbre y alguien grito:
- “que hacen aquí mocosos insolentes, váyanse, antes que les dé una buena tunda para que respeten”
Los chicos respondieron:
- “abuelito, solo venimos a visitarte, para conocerte y pasar una linda tarde”
A lo cual el abuelo respondió:
- “no necesito de nadie, mucho menos unos críos, necesito paz y eso lo consigo solo”
Así que los chicos se fueron a su hogar y jugaron en el jardín de la casa, toda la tarde.
Al otro día, fueron a visitar a la abuela, que alegre, les regalo unas galletas rellenas, los cuales los niños disfrutaron, cuando pasaron con sus otros nuevos amigos, no los pudieron recibir, pues dijeron que el día estaba tan rico para descansar que irían a dormir mas temprano. Así que los niños fueron a donde el abuelo; después de llegar a la puerta, tocaron 3 veces, asimismo el viejo no quiso salir ni abrirles; así pasaron los días posteriores, pero los niños nunca se daban por vencidos.
Un día, aquel abuelito se cayó por las escaleras, pidió ayuda e incluso grito, clamó, lloró y nadie venía a su encuentro, Los niños ese día, quisieron no molestarlo, y así estuvo el abuelo tirado en el suelo un buen rato. cuando al otro día, los chicos vinieron a visitarlo, tocaron y nadie hablo, solo se escuchaban quejidos algo bajos, así que pensando en que un animal como un perrito se había quedado atrapado dentro de la casa, avisaron a sus padres, los cuales llamaron a los bomberos, quienes abrieron la puerta y encontraron a un anciano, sentado en un sillón, mirando al vacío y con una sonrisa vaga que hacía creer que acababa de morir.
Aun así, los chicos se separaron de la gente y escuchaban que algo los llamaba, cuando estaban a punto de subir las escaleras, aquel clamor los sorprendió, era el alma del viejo que pensando que aún vivía, les pedía ayuda para levantarse de su caída por las escaleras. Cuando los niños lo ayudaron le dijeron la verdad y aquel anciano enfurecido los empujaba para sacarlos de la casa, los saco.
fue a sentarse a su sillón, hace tiempo que no lo hacía, y en el momento que entro a la sala, vio a todo el personal forense examinando el lugar, les gritaba, los pateaba y aun así, no se inmutaban, entonces el viejo al ver su sillón deseo descansar y quitar la bolsa negra que tenía encima su amada posesión, pero cuando la movió, se vio a el mismo, en un estado catatónico, por el cual supo toda la verdad, aquel mismo, aquella casa, todo cuanto poseía y hasta el mismo tiempo, se había quedado en un estado inactivo, por el cual nada cambiaba, por el cual todo seguía ahí, quien sabe por cuantos años, ya que él nunca supo cómo ni cuándo murió, solo recordaba haberse sentado en su sillón y haber descansado en un sueño profundo en el que no sentía dolor, solo paz.
Después de recorrer su casa en totalidad, volvio a rememorar todo lo que había pasado, tanto lo viejo como lo nuevo, quiso descansar, deseaba salir de ese trance, de ese ciclo sin fin que da el pasado, de su melancolía eterna y de su amada soledad, bajando los últimos escalones llego a su entrada donde bajando aquellos peldaños para llegar a su jardín, el cual no había pisado desde ayer según él, se vio envuelto en una añoranza, no sentía tristeza, solo un peso en su corazón no palpitante, por el simple hecho de volver a ver a su amada, ya no pensaba en sí mismo ni en sus cosas, solo en terminar todo, despedir a aquel ser que yacía muerto en la morgue y ser libre.
Así que dando unos últimos pasos por los últimos metros de jardín que lo separaban de la acera, se despidió de su hogar, ese mismo que lo había acompañado en tantas horas de soledad y aquel en el que encontró la felicidad con su verdadero amor, y cuando dio su último paso en el pavimento de la calle, su alma dio un suspiro, exhalo en una sola  palabra su vida “añoranza” y se vio envuelto en una oscuridad de sosiego, en una calma imperturbable que no lo haría pensar en la lejanía de sus horas ya pasadas, solo lo haría descansar... por toda la eternidad.

fin.


 Att: dapa








domingo, 13 de noviembre de 2016

otro poema desolado

la desolación de la soledad



soledad.
dulce compañera
incomparable y ajena.


amiga mía,
en todos los instantes de mi vida,
me consuelas y destruyes;
al mismo tiempo que liberas y encarcelas
como una mariposa en cualquier noche
nadie sabe a donde ira ni le importa.


algun dia, ¿seras libre?
o seguiras siendo la bendicion 
y bello tormento de mi mente.


cuantas cosas hemos compartido,
las lagrimas, los sollozos y los pensamientos.
el dolor no es nada sin vos, 
solo el clamor de un cuerpo destrozado
no física, sino emocionalmente.


tierna ama de mis noches y dueña de mi alma.


att: d.a.p.a


cuando estés triste respira hondo, 
y piensa en las cosas que no hiciste para lograr lo que querías,
todo esta en nuestra mente, hasta lo que sentimos;
hay muchas batallas que vencer y muy pocos compañeros para esta;
¿no lo ves en las estrellas?
todas envueltas en oscuridad y aun así puedes ver su luz.
tu puedes pensar en la presión y prisión, 
como una sola cosa y es cierto,
en tu día a día tienes presiones en tu casa, estudio, etc...
te sientes en una prisión con presión,
sin sentido y sin salida;
y cuando uno esta en prisión, sientes presión a tu alrededor.
TU LUZ SE EXTINGUE.

att: d.a.p.a



domingo, 6 de noviembre de 2016

poema inesperado

El viento susurra


El viento susurra tu nombre
Y los mensajes encontrados
Llegan a lo más profundo de tu corazón

El viento susurra lo hecho
Y lo que tu conciencia recrea
Está en tu mente y en tus pensamientos.

El viento susurra el llamado
Que te hacen sin pensar
tu eres quien lo recibe
y ¿quién contestara?

El viento susurra al amigo
Que te comprende sin cesar
No es cruel y egoísta,
Ante los demás

El viento susurra la justicia
Que ocurre hoy en día
En la que pocos caen y muchos terminan

El viento susurra al odio
Que emerge sin razón
Y queda sin comprensión.

El viento susurra a la vida
De muchos con problemas
Y pocas soluciones.

El viento susurra a la esperanza
Que no lo encontraras
En lo placentero y con mascaradas

El viento clama al amor
De todos los callados

Que se encuentran desesperados.


att: dapa