lunes, 27 de mayo de 2019

retahilas y juegos amordazados

zapatos rotos...


zapatos rotos
entre vidrios viejos
lagrimas congeladas
entre besos con capricho

aveces las princesas son
quienes en verdad luchan
aveces los superheroes llegan
en los momentos mas fugaces

queremos crecer
entre bizcochos y cachuelas
mientras nuestras rodillas duelan
y nuestros ojos no nos hieran

aquella niña enjaulada
con piso de alabastro y mármol, 
espera solo la sonrisa
de su aquejado corazón.

animales y escotillas
dolor y muchas caricias
aquel aroma convertido
en la dulce hiel de la miel.

olvidos entre rincones maltrechos
dame un recuerdo y déjame aquí
ya que el dolor yace en aquel lecho
y el olvido en besos que quedaron allí.

dulces recuerdos ya olvidados
tiernos momentos nocivos para mi
aquello que nunca volverá
y solo trizas quedan tras de si.

mientras una luz tenue vuelve
te tengo en mi mente
final de noches serenas
amores y dolores sin pena.



seriedad y olvido


Rizos dorados


Rizos dorados
En una cama convertida en témpanos de hielo
Pies descalzos
Entre sabanas de color blanco

Seriedad enmarcada en ojos color olivo
Mientras en una mano el celular
y en la otra el desdén de la nada
todo esto para enmarcar una débil sonrisa cada 20 segundos

aveces la vida es tan elevada
otras veces tan triste
mientras en bocas de unos saltan aquellas palabras
mas aburridas de aquella penumbra

la soledad te ha cerrado al mundo
el sello quedo descrito en tus labios
solo para que poco a poco te alejes cada vez mas
de todo lo que algún día pudo llegar a ser

porque las mejores personas
aveces son tan desdichadas?,
todo el mundo cierra su alma
hacia todo aquel que desee entrar

no siempre puedes ser aquello que anhelas
aveces solo debes luchar por lo que dejaste atrás
para solo recordar momentos del pasado
que nunca mas volverán.

aquí estoy
en plena desdicha de mis días ya vacíos
mientras un espíritu en soledad
me dice quedarse distante…

el final de los tiempos
mientras se vive la noche en aquella oscuridad,
los pies descalzos en las sabanas
y los rizos dorados en aquella almohada